Conocí a Héctor en el año 1998, cuando tuve el honor de presidir por primera vez, en los pagos mercedinos, una reunión de los Organos de la Colegiación. Me impresionaron su sencillez y su amabilidad. Era número uno en levantarse para ofrecer su silla a una dama o a quien fuera; para dar paso a los demás en señal de cortesía; para saludar desde la más alta autoridad hasta el último ordenanza en un evento; para destacar y valorar el esfuerzo de quienes colaboran silenciosamente, y nunca aparecen en la foto.

Y si tan “mínimas” actitudes me cautivaron, qué decir cuando escuché su discurso. Eran palabras y frases distintas. Simples y profundas a la vez. Dirigidas directamente al corazón de cada abogado y de cada abogada, a despertar y valorar la solidaridad, la unión, la inclusión, la justicia y la paz. Sin estridencias ni gestos ampulosos, sin la retórica o el tono “intelectual” que algunos pretenden o exigen en las piezas oratorias.

A partir de ese encuentro, jamás desatendió un pedido en nombre de mi Colegio. Era sí. O era no. Pero Héctor respondía siempre. Formaba parte de ese reducido grupo de dirigentes que tenían y/o tienen la particularidad de estar en dos o tres lugares distantes entre sí, y en persona, al mismo tiempo. Porque más allá de sus capacidades, entienden la Colegiación como servicio, como acto de amor a los demás.

No desaprovechaba ocasión para decir con orgullo que estaba inscripto al tomo 1 folio 1 del Colegio de Abogados de la Matanza, institución a la que dedicó no pocos esfuerzos –junto a otros- para convertirla en un nuevo espacio de la abogacía organizada pcial.

Alguna vez, se acercó a mi ciudad para presentar un libro de poemas de mi autoría, haciendo lugar en su nutridísima agenda. En otra oportunidad, accedió a mi solicitud de llegarse a una cena en la localidad de Salto, para entregar a una colega, su primer cheque como jubilada. No podía creer que el propio Presidente estuviera allí.

Su trayectoria -por mencionarla en parte- nos dice que fue Director y Presidente de la Caja de Previsión Social de la Abogacía bonaerense. Que dio especial participación y atención a las personas con capacidades diferentes y a la abogacía joven. Que fue Presidente del Consejo Coordinador de Cajas de Previsión Social. Que fue Presidente de la Comisión de Jubilaciones y Pensiones de la Unión Internacional de Abogados y Secretario Regional para América del Sur de la citada entidad. Que fue un ferviente defensor de la previsión social y que ejerció la profesión por espacio de cincuenta años.

El destino me bendijo para ejercer la Presidencia de mi Colegio. Nada hubiera podido hacer sin el acompañamiento de muchísima gente. Héctor está en esa lista que llevo en el corazón. Enterado de su partida, un elemental deber de gratitud me impone -en esta triste hora- escribir estas modestas líneas y rogar a Dios por el eterno descanso de su alma.

  Horacio Alberto Vero        

                                           Ex Presidente C. A. Dpto. Judicial Mercedes (1998/2006 – 2010/2014)   


Fuente: Dr. Horacio Vero